El espíritu mundialista, el estado de ánimo y su impacto en la economía

 

“El fanático es el hincha en el manicomio (…) nunca viene solo. Metido en la barra brava, peligroso ciempiés, el humillado se hace humillante y da miedo el miedoso. La omnipotencia del domingo conjura la vida obediente del resto de la semana, la cama sin deseo, el empleo sin vocación o el ningún empleo: liberado por un día, el fanático tiene mucho que vengar”

Eduardo Galeano, escritor y periodista Uruguayo pero sobre todo fanático del fútbol

 

Estamos a pocos días de que se inicie la fiesta del mundial de fútbol y todos los peruanos estamos todavía viviendo un sueño después de 36 años de haber clasificado. Por alguna razón que no entiendo mi ánimo es mucho mejor a pesar que a veces la situación laboral o económica no sea la mejor como muchos de los ciudadanos peruanos.

Esas circunstancias adversas no me impiden levantarme con una sonrisa en los labios, comprar mi diario deportivo en la mañana, depositar mi cupón del producto que ofrece como premio un paquete a Rusia, cambiar mi cuenta al banco auspiciador de la selección nacional y esperar con ansias que Panini haya enviado una nueva remesa, porque la expectativa es tal que todo el mundo tiene su álbum pero no hay como terminar de llenarlo por la escasez de figuritas.

El otro día también me di una vuelta por una conocida tienda de electrodomésticos porque si no puedo cumplir mi sueño de viajar a Rusia por lo menos veré a mi selección en pantalla gigante endeudándome para comprar un televisor nuevo. También está la alternativa de ver jugar al equipo de todos en el cine porque aunque usted no lo crea hasta las compañías cinematográficas están haciendo negocio proyectando los partidos de la bicolor en formato de película.

Hace menos de un año recibió el premio nobel de economía Richard H. Thaler por estudiar el impacto económico de los mecanismos psicológicos y sociales. Este científico social explicaba cómo los consumidores tomamos a veces decisiones aparentemente irracionales y fuera de control. Yo me pregunto qué otro aspecto de la vida despierta mayores pasiones y es más irracional que el fútbol y no tengo dudas que está impactando en la economía peruana porque lo vivo yo y lo veo todos los días en la calle.

Como describe en una de sus famosas frases sobre el fútbol el periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano el hincha es completamente irracional y su pasión por el fútbol se convierte en una especie de exorcismo de sus anhelos, sueños y frustraciones. Si está desempleado o en buena situación económica no interesa. Él actuará impulsado por ese sentimiento y decidirá comprar un paquete a Rusia o juntará parte de sus escasos  ingresos para comprar un televisor más grande en casa. Hasta cuando uno se anima a juntarse con los amigos del barrio para gritar los goles de la selección no faltará un six pack de cerveza o los chorizos para la parrilla de rigor.

Es muy probable que los economistas insistan en que no hay comparación de este crecimiento coyuntural de la economía con el impacto más estable que tienen otros sectores en el país como la minería, por ejemplo. Es muy probable que tengan razón en eso pero que importa si lo que me gusta es el fútbol y yo veo cómo en la calle esa pasión se traduce en más negocios.

Bendito sea el fútbol piensa un comerciante ambulante de Gamarra que nunca hizo tanto dinero como ahora vendiendo camisetas de la selección. Las agencias de viaje, las tiendas de electrodomésticos, los que venden parrillas, cervezas y hasta los puestos de periódicos que venden figuritas del álbum del mundial saben que el fútbol está haciendo que vendan más.

En otras palabras el fútbol y la fiebre mundialista que se vive mejora el estado de ánimo y mueve la economía de un país. Bendito sea el fútbol y muchos más años de éxitos a nuestra selección porque la economía lo agradecerá.

 

 

 

 

 

 

 

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on pinterest
Share on email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *