Cambio de valores culturales en el mundo como consecuencia de esta crisis provocada por el coronavirus

 

 

La tormenta pasará, pero las decisiones que nosotros tomemos ahora pueden cambiar nuestras vidas en los años que vienen

Yuval Noah Harari – The world after coronavirus

 

Los valores culturales de las personas las identifican como parte de una sociedad y determinan las conductas de ellas en su interacción social. Estos valores son aprendidos por los niños directamente al observar e imitar los comportamientos de los padres, a través de las lecciones en la escuela y también a través de la interacción que estos niños tengan con su entorno. Los valores sociales diferencian a los miembros de un país de otros. Por ejemplo, podemos encontrar diferencias entre los valores culturales de ciudadanos peruanos, chinos, griegos e italianos. Hay países que por razones históricas y geográficas comparten algunos valores como es el caso de los países latinoamericanos, pero también hay valores que difieren entre estos países.

El cambio de valores culturales es por su naturaleza un proceso lento que toma años y a veces varias generaciones, sin embargo, existen fenómenos traumáticos que pueden acelerar estos procesos de cambio cultural, por ejemplo, una guerra o un desastre natural como un terremoto de gran magnitud. En estos momentos el mundo se encuentra viviendo una profunda crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus que se ha extendido por todos los rincones del mundo y sin duda se producirán cambios en los valores culturales en el mundo.

Se revindicarán algunos comportamientos de respeto a las normas y orden de algunas sociedades asiáticas que les ha permitido afrontar con mejores resultados este flagelo. También sociedades que eran muy efusivas y cercanas en sus muestras de aprecio, traducidas en abrazos y besos como los países latinos, empezarán a cuestionar si esta conducta es la forma más segura de interacción social y en el tiempo no sería extraño ver a un ciudadano italiano saludar a un amigo levantando la mano de lejos en lugar de darle un caluroso abrazo. Recordemos que en Italia el virus ha sido muy agresivo cobrándose la vida de miles de personas y las medidas restrictivas afectan a adultos, pero también a niños quienes empezarán a adoptar nuevas costumbres de interacción social.

En ese contexto las empresas que pudieron adaptarse a la crisis trataron de mantener la relación con sus empleados a través del teletrabajo. En el mundo de la educación se ha producido una migración forzada hacia la educación online para evitar que los alumnos de escuelas y universidades pierdan sus clases. Qué duda cabe que el teletrabajo a través de las nuevas tecnologías y la educación online han recibido un impulso inesperado en esta crisis y la actitud de las personas hacia ellas está cambiando definitivamente. El día de mañana con esta realidad actual más el impulso de las nuevas generaciones el uso de la tecnología para el trabajo y la educación de forma intensiva se convertirá en una característica común de las personas.

“Si alguna vez necesitábamos recordar que vivimos en un mundo interconectado, el nuevo coronavirus lo ha hecho evidente. Ningún país puede abordar esto solo, y ninguna parte de nuestras sociedades puede ser ignorada si queremos enfrentar efectivamente este desafío global”. Con estas palabras los dos altos comisionados de la ONU para los Derecho Humanos y los Refugiados, Michelle Bachelet y Flippo Grandi nos recuerdan que hoy más que nunca la humanidad está aprendiendo que se necesita volver a los orígenes y rescatar el valor de solidaridad y de trabajo conjunto. La conciencia de que la humanidad está primero y que solo la colaboración permitirá superar desafíos globales formará parte de muchas culturas después de esta pandemia.

También otro valor no menos importante que será compartido por varias culturas es el reconocimiento de la familia como eje importante de la sociedad. Ella nos brinda soporte emocional y apoyo en tiempos de cuarentena. En estas últimas semanas, millones de personas en el mundo con motivo de las políticas de aislamiento social para combatir el coronavirus han debido permanecer en casa con sus familias, sus parejas y en algunos casos solos, pero manteniendo contacto por redes sociales con sus seres queridos. Éste es un valor particularmente importante en nuestros países latinoamericanos y que se reforzará en la coyuntura que vivimos actualmente.

En todas las culturas del mundo como mencionan los antropólogos uno de los ritos sociales más importantes está relacionado con la forma como las sociedades manejan el duelo y disponen de sus muertos. Hoy en varios países debido a las recomendaciones de las autoridades sanitarias todos los cadáveres de víctimas del coronavirus se deben incinerar y no se permite a los familiares darles el último adiós. Sólo situaciones traumáticas socialmente pueden ser capaces de generar cambios en este sentido que sean aceptados por las personas a pesar del dolor emocional que acarrean. El día de mañana a este nivel también podrían producirse algunos cambios sobre la forma como se dispone de los cuerpos de los muertos y aumentar la demanda y aceptación de la incineración, pero también replantearse los ritos tradicionales de manejo del duelo ante la imposibilidad de acercarse al cuerpo del familiar para darle el último adiós.

Estamos en tiempos de cambios importantes en los aspectos económico, político, social y cultural entre otros. Es importante en este contexto ser conscientes como nos recuerda Yuval Noah Harari que “la tormenta pasará, pero las decisiones que nosotros tomemos ahora pueden cambiar nuestras vidas en los años que vienen”.

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