Una nueva cultura organizacional centrada en la persona

» La disrupción multidimensional causada por el Covid-19 ha forzado a las personas y organizaciones recalibrar sus vidas, sus estructuras organizacionales y estrategias»

 Nick Beutell, Katherina Kuschel, Maria-Teresa Lepeley – Life-Work Continuum: The New Organizational Culture

 

Los últimos meses un gran porcentaje de la población mundial estuvo en cuarentena debido a la pandemia provocada por el Covid-19 y como consecuencia de esta medida entre otras de aislamiento social, hemos tenido la oportunidad de volver a pasar mucho tiempo junto a nuestras familias, parejas y seres queridos en casa. Como las universidades y colegios también se mantuvieron cerrados en este período de tiempo nuestros hijos tuvieron que llevar sus clases de forma online y nosotros en la medida que nuestras actividades laborales lo permitían, empezamos a hacer teletrabajo.

Algunas familias se organizaron para compartir la computadora, la sala de la vivienda se convirtió en una improvisada oficina y a la vez en un aula de clases. Después de muchos años tuvimos la oportunidad de sentarnos a compartir un almuerzo familiar en casa. Donde antes cada miembro de la casa tenía su propia agenda fuera del hogar y era común verse solo por momentos en la semana o en un fin de semana en que coincidían nuestras agendas.

El mundo se había vuelto un espiral de actividades y nosotros nos dejamos arrastrar sin siquiera sospechar que existían opciones diferentes de vivir que nos permitía la tecnología. Con el virus y el cierre de empresas, universidades, colegios, restaurantes y centros comerciales de un momento a otro nos vimos forzados a quedarnos en casa, a tener que cocinar de nuevo, a interactuar con la familia. Las madres con hijos pequeños empezaron a sentirse felices con la posibilidad de tener a sus engreídos al lado mientras trabajaban vía remota. Las largas horas en el tráfico o en el transporte público se podían invertir en un tiempo para hacer un poco de ejercicio o simplemente para una agradable sobremesa después del desayuno.

La calidad de vida se ha convertido en un estándar deseado por los trabajadores en el mundo entero en los últimos años y con esta pandemia los cambios a nivel organizacional en las empresas se van a acelerar en ese sentido. El avance de la tecnología y la necesidad inmediata han producido una transformación digital acelerando la implementación del teletrabajo. Esta nueva modalidad ha probado ser una alternativa eficaz en muchas empresas y es poco probable que se dé un retroceso en su aplicación. Por el contrario, las organizaciones van considerar más opciones laborales con menor presencia física y más teletrabajo. Esto constituirá un mejor balance en la calidad de vida de los trabajadores y obligará a las empresas a replantear sus valores y cultura organizacional alrededor de la persona.

Todos coincidimos en que el futuro es incierto debido al impacto de esta pandemia, pero si algo es seguro es que se debe cambiar la cultura de las organizaciones. Empresas privadas e instituciones públicas para las que el entorno demanda nuevas exigencias no pueden permanecer estáticas ante la necesidad de transformación.

A nivel de transformaciones digitales lo que no habían logrado impulsar con éxito los líderes o consultores organizacionales, lo ha logrado hacer el virus que ha acelerado estos procesos en muchas organizaciones. Se sabe que la principal resistencia al cambio está constituida por las personas y su temor natural a lo nuevo, sin embargo, este contexto ha generado temores mayores como el temor a morir, a enfermarse, a perder el trabajo o simplemente a estar desconectado del resto del mundo que ha provocado cambios profundos en la actitud de la gente hacia la tecnología en un tiempo relativamente muy corto.

Muy pocas organizaciones estaban preparadas para este tipo de cambios y los efectos están siendo traumáticos pero la vida debe continuar a pesar de las circunstancias y los líderes deben administrar estos procesos de adaptación. Cambios profundos demandan una revisión de los valores fundacionales y estos procesos pueden implicar un cambio de la cultura organizacional porque los paradigmas sobre los que se crearon las organizaciones ya no responden a las actuales circunstancias. Es en otras palabras la única forma de sobrevivir es reinventarse.

Como menciona el historiador israelí Yuval Noah harari, “las decisiones que las personas y gobiernos tomen en las siguientes semanas posiblemente le den forma al mundo en los años que vienen. Si, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros todavía seguirá vivo, pero habitaremos en un mundo diferente al que conocimos”. En ese sentido consideramos que corresponde a los líderes poner los cimientos de una nueva cultura organizacional centrada en la persona, que a su vez contribuirá a una sociedad más humana y solidaria. Una nueva sociedad que nos prepare para afrontar con mayor éxito la próxima pandemia y retos aún mayores que sin lugar a dudas llegarán en el futuro.

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