“Tu éxito depende más de tu constancia que de tu talento”
Silvia Portella
En el artículo de McKinsey titulado Como prepararse para el rol de CEO, se hace alusión al viejo debate de si un líder nace o se hace, resaltando que las habilidades que permiten a un ejecutivo llegar a ser un líder se desarrollan en el tiempo, es decir que son el resultado de experiencias y aprendizajes anteriores, algunas incluso de fracaso, que permitieron generar conocimiento y forjar su carácter.
Un aspecto revelador en este artículo citado de McKinsey es que muchos de los directores ejecutivos entrevistados, confesaron que al ocupar el máximo puesto de la organización se dieron cuenta que el trabajo no era lo que inicialmente pensaron y que incluso al empezar con su labor no se sentían estar preparados. Ya con el tiempo empezaron a aprender a desarrollarse en el puesto, ellos tenían la capacidad de trabajar duro para lograr sus objetivos.
Malcolm Gladwell en su libro “Fueras de Serie” esboza algunas hipótesis sobre porqué unas personas tienen éxito y otras no. El menciona en su segundo capítulo titulado la regla de las 10,000 horas, que las últimas investigaciones parecen sugerir que para obtener éxito en cualquier actividad compleja se requiere un mínimo de práctica y preparación. Hay un valor mínimo de horas que se requiere para tener un dominio en esa actividad y que está estimado en 10,000 horas o unos 10 años aproximadamente. Esta premisa en sus argumentos parece cumplirse en escritores, músicos, deportistas de élite y fundadores de empresas de éxito.
Lo interesante de esta propuesta es que no importa tanto el talento cuando te encuentras con varias personas talentosas con quienes compites, sino esa capacidad de dedicación y esfuerzo que te permiten convertirte en una persona exitosa en la actividad que escogiste desarrollar. Convertirte en un líder exitoso de tu organización, de tu comunidad o de tu país es ciertamente una actividad compleja y requiere de una gran inversión de tiempo y preparación.
Desde mi punto de vista creo que es importante reflexionar en que existen condiciones innatas de algunas personas que podrían ayudarles de alguna forma en sus actividades de liderazgo como por ejemplo el carisma, pero que estas condiciones no tienen ninguna capacidad por si solas de generar un líder exitoso si no vienen acompañadas de un esfuerzo en preparación y dedicación traducido en años de experiencia. Por el contrario, pueden existir personas que carezcan de esas condiciones innatas pero que con mucha dedicación y esfuerzo logran convertirse en líderes exitosos.
Aquí se cumple la máxima que es más importante el camino que la meta, porque son esas experiencias pasadas, buenas o malas, pero abundantes en esfuerzo y dedicación las que van a permitir a una persona convertirse en un líder de éxito. También podemos afirmar que coincidimos plenamente con Silvia Portella cuando manifiesta que el éxito depende más de la constancia que del talento.
RETURNING TO THE OLD DEBATE ABOUT WHETHER THE LEADER IS BORN OR MADE
“Your success depends more on your perseverance than on your talent”
Silvia Portella
In the McKinsey article entitled How to prepare for the role of CEO, alluding to the old debate of whether a leader is born or made, highlighting that the skills that allow an executive to become a leader are developed over time, that is, say that they are the result of previous experiences and learning, some even failure, which allowed them to generate knowledge and forge their character.
A revealing aspect in this article cited from McKinsey is that many of the executive directors interviewed confessed that upon occupying the highest position in the organization they realized that the job was not what they initially thought and that even when they began their work it was not, they felt they were prepared. Over time they began to learn to develop in the position, they had the ability to work hard to achieve their goals.
Malcolm Gladwell in his book “Out of Series” outlines some hypotheses about why some people are successful and others are not. He mentions in his second chapter entitled the 10,000 hour rule, that the latest research seems to suggest that success in any complex activity requires a minimum of practice and preparation. There is a minimum value of hours that is required to have mastery in that activity, and it is estimated at 10,000 hours or approximately 10 years. This premise in their arguments seems to be fulfilled in writers, musicians, elite athletes and founders of successful companies.
The interesting thing about this proposal is that talent is not so important when you meet several talented people with whom you compete, but rather the capacity for dedication and effort that allows you to become a successful person in the activity you chose to develop. Becoming a successful leader of your organization, your community or your country is certainly a complex activity and requires a great investment of time and preparation.
From my point of view, I think it is important to reflect that there are innate conditions of some people that could help them in some way in their leadership activities, such as charisma, but that these conditions do not have any capacity on their own to generate a leader. successful if they are not accompanied by an effort in preparation and dedication translated into years of experience. On the contrary, there may be people who lack these innate conditions but who, with a lot of dedication and effort, manage to become successful leaders.
Here the maxim is fulfilled that the path is more important than the goal, because it is those past experiences, good or bad, but abundant in effort and dedication that will allow a person to become a successful leader. We can also affirm that we fully agree with Silvia Portella when she states that success depends more on perseverance than on talent.