¿Un mismo estadio para Boca Juniors y River Plate?


“¿Un mismo estadio para Boca Juniors y River Plate? Compartir como una buena estrategia de negocios.”

Oswaldo Morales Tristán

“Generalizar la desconfianza en una sociedad impone una clase de tributo en todas las actividades económicas, tributo que las sociedades con alto nivel de confianza no tienen que pagar”
Francis Fukuyama

El ex presidente del equipo de fútbol argentino Boca Juniors, conocido hombre de negocios llamado Mauricio Macri comenta a propósito de su libro “Pasión y Gestión” , que no era económicamente rentable construir un estadio nuevo moderno sólo para Boca Juniors, sin embargo planteó que una buena solución sería que el estadio sea construido conjuntamente con su archirival River Plate, lo cual permitiría compartir los costos pero también los inmensos beneficios.

Claro está que detrás de esta propuesta de Mauricio Macri hay un tema de fondo que es cultural y es la rivalidad entre los hinchas de ambos clubes, ¿se imaginan a las barras bravas de ambos equipos teniendo que compartir estadio como local?, ¿Qué ambos vestuarios sean locales cuando se enfrenten los dos equipos? El tema no es nuevo y ha sido planteado también por algunos autores de negocios como el fenómeno de la “Coopetencia”, donde los competidores se unen para realizar un negocio determinado bajo circunstancias especiales.

Un artículo de la revista “The Economist” empieza con una pregunta que llama la atención de los lectores de negocios, ¿por qué comprar cuando se puede alquilar?, dando inicio a un artículo que explica las bondades de alquilar sobre el comprar en algunos casos de negocios, sin embargo detrás de ese nuevo relanzamiento de las bondades de “alquilar” hay un elemento importante que es el compartir. El mismo artículo cita a Mark Levine del New York Times, quien menciona que “compartir es limpio, fresco, urbano y postmoderno, mientras adueñarse es aburrido, egoísta, tímido y retrógrada”.

La pregunta que nos hacemos es si estamos ante una nueva moda en los negocios dictado por las escuelas de negocios o en la realidad, compartir puede ser una estrategia de negocios mas eficiente y adaptable a los nuevos tiempos. La respuesta no es simple pero las experiencias positivas que ya se están viviendo en algunos países parecen darle la razón en el sentido de ser una buena estrategia de negocios, por ejemplo el caso de los libros usados de Amazon es ampliamente conocido y también en otros rubros como el de los juguetes y la ropa de mujer ya hay algunos casos.

Otros casos que están cobrando importancia son los espacios de tiempo compartido que se aplican a hoteles de lujo, casas de playa y otros ambientes donde por una razonable inversión se puede gozar de los beneficios de una propiedad por una temporada, compartiendo con otras personas el costo real y también los beneficios. Otro beneficio de este sistema es que reduces los desperdicios y le das un uso más eficiente a los recursos, filosofía que calza muy bien con los intereses de las nuevas corrientes ecologistas.

Un aspecto importante de esta estrategia de negocios es que en la actualidad contamos con las herramientas tecnológicas que facilitan estos intercambios, tenemos Internet y todas las redes sociales que permiten una fluida intercomunicación de las personas facilitando el intercambio de información, pero también de intereses, gustos y posibilidades de negocios conjuntos. La posibilidad de negocios colectivos con esta tecnología también obliga a desmontar viejas ideas y a generar nuevas ideas de negocio.

Sin embargo, detrás de toda esta estrategia de negocios existe un elemento que ha sido ampliamente estudiado por autores como Francis Fukuyama y que es la “confianza”, piedra angular sobre la que se sostiene un consumo colaborativo o cualquier forma de negocios que implique compartir. Las partes necesitan creer una en la otra para poder tomar riesgos conjuntos y cumplir cada una de ellas con la parte de sus obligaciones. Es interesante como en países como el Japón donde el nivel de confianza de la sociedad es alto, se logra traducir este beneficio en menores costos comerciales o de transacción, por ejemplo menos contratos y abogados, es un escenario donde la palabra empeñada tiene un valor que a la larga beneficia a toda la sociedad en conjunto.

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