“Pishtacos en Huaycán. Tengan cuidado porque ya encontraron a un niño sin ojos y un adolescente sin sus órganos”
Aviso aparecido en las redes sociales que forman parte de un psicosocial que terminó con hechos de violencia en Huaycán
Todo empezó con la repentina aparición en el muro de muchos usuarios de Facebook de un aviso dando una alerta para las familias en la zona de Hauycán por la presencia de traficantes de órganos que estaban atacando niños. Estos avisos pronto se viralizaron y terminaron hace unos días con un hecho de violencia ocurrido frente a la comisaría de esta zona perteneciente al distrito de Ate en Lima. En este lugar un grupo de pobladores confundió a dos encuestadores que se encontraban por esa zona con los temidos traficantes de órganos y fueron agredidos produciéndose un intento de linchamiento. Si no hubiera sido por la acción de los policías que las rescataron, estas personas hubieran muerto.
Inmediatamente después de haberse producido este rescate, se formó una turba de pobladores que arremetió violentamente contra la comisaría acusando a los policías de apoyar a los presuntos traficantes de órganos también llamados “pishtacos”. Estos hechos terminaron con un saldo de una persona muerta y treinta heridos. Al final se pudo comprobar que la reacción de los pobladores tuvo como origen rumores sin pruebas que empezaron en las redes sociales.
Las autoridades peruanas y hasta instituciones como la Defensoría del Pueblo se manifestaron sobre este psicosocial que al parecer también se ha repetido en otros países como España, México y Colombia. La preocupación es grande porque no es el primer caso de esta naturaleza que tiene como ingrediente la generación de psicosociales producidos a través de las redes sociales. También hace unos meses la policía peruana fue alertada de que estaba circulando por estos medios una invitación a los jóvenes a reunirse para saquear y atacar un centro comercial de la capital peruana.
En este caso de Huaycán en particular el psicosocial apeló al temor generado en la población por parte de presuntos traficantes de órganos que atacaban a niños pero también se utilizó la palabra “Pishtaco”, que tiene su origen en el quechua y que hace alusión a un personaje legendario andino que asesinaba personas para robarles la grasa abdominal y venderla. Se asocia esta creencia a zonas de la Sierra peruana y de Bolivia.
La zona de Huaycán recibió una fuerte inmigración de población andina que escapó del flagelo terrorista a partir de los años ochenta razón por la cual conserva en el imaginario popular la figura del pishtaco. Sin embargo lo peligroso de la violencia desatada es que el detonante sea un psicosocial nacido en las redes sociales y que se está convirtiendo en una práctica común a nivel global.
El fenómeno de las redes sociales ha permitido que las personas estén más conectadas y formen parte de un mundo global, sin embargo con estos cambios producto de la tecnología también están apareciendo formas de abuso a través de las redes sociales como noticias falsas que se viralizan en minutos y otros casos como estos psicosociales que están produciendo trastornos sociales que pueden terminar en hechos de violencia individual o colectiva. A los ya conocidos casos de suicidios de personas por bullying a través de las redes sociales ahora se están sumando psicosociales que están teniendo como consecuencia hechos de violencia en diferentes partes del mundo.
La sociedad a través de sus instituciones y los usuarios en general debemos estar preparados para enfrentar estos abusos y distorsiones que pueden llegar a tener connotaciones criminales y a los cuáles nos exponemos a través del uso de las redes sociales. Como sociedad estamos en un proceso de aprendizaje en este contexto virtual y con un dominio de las redes sociales, estamos creando nuevas normas de comportamiento en un mundo aún desregulado pero no exento de peligros.