“El futuro tras el coronavirus es incierto, pero si algo es seguro es que es absolutamente necesario cambiar la cultura de las empresas”
Evento digital Workplace Transformation, organizado por IDG Research y ComputerWorld (España)
Estamos viviendo tiempos inciertos y difíciles para las organizaciones, pero si algo es seguro es que necesitamos revisar, adaptar y cambiar la cultura para que responda al nuevo contexto. Con los cambios creados por el Covid-19 necesitamos replantearnos si esos propósitos y valores inspiradores que dieron origen a las organizaciones siguen estando vigentes a pesar de las circunstancias o si necesitamos modificarlos y repensar la organización.
Es comprensible que muchos líderes y gerentes estén en estos momentos con la cabeza puesta en mantenerse a flote tomando medidas de corto plazo, como reducir costos, cortar servicios de proveedores y aplicar medidas de suspensión y disminución de personal. Esta reacción debe estar acompañada sin embargo de una obligatoria revisión de la cultura organizacional y del propósito primigenio. No debemos olvidar que el sentido de la cultura organizacional está íntimamente relacionado a la sobrevivencia.
Este ejercicio de repensar la organización y revisar la validez del propósito y la de los valores inspiradores le corresponde a los líderes y fundadores de la organización sobre todo en el caso de empresas medianas y pequeñas de tipo familiar. Para empresas transnacionales son los principales directivos y CEOs los llamados a realizar este ejercicio de introspección y preguntarse nuevamente y a la luz de los acontecimientos actuales ¿cuál es la razón de ser de mi organización y cuál debe ser el impacto que pretendo tener para todos mis stakeholders (clientes, proveedores, accionistas) y para la sociedad en general?
También la cultura organizacional está relacionada con procesos de cambio en el aspecto de la transformación digital. Hoy muchas personas están realizando teletrabajo y las operaciones administrativas de gran parte de las organizaciones se realiza de forma remota. En palabras de muchos expertos en el campo de la transformación digital, lo que no habían conseguido en años los CEO de las organizaciones lo ha conseguido el virus en un tiempo relativamente corto. Este sentido de urgencia ha provocado que las resistencias naturales de las personas ante lo nuevo cedan.
Tiempos difíciles y de transformaciones demandan de los líderes decisiones igual de difíciles, pero éstas sean buenas o malas van a ser recordadas en el futuro por los gerentes, empleados, clientes y accionistas de las organizaciones. Son decisiones históricas porque van a establecer en algunos casos los nuevos cimientos de las organizaciones que se levantarán como el ave fénix frente las circunstancias adversas y en otros casos fijarán el nuevo rumbo que tomarán para seguir siendo competitivas. Estas decisiones demandan una guía para los líderes y son ese propósito y valores primigenios, esencia de la cultura organizacional los que van a brindar un derrotero al cuál recurrirán en situaciones como las que vivimos.
En el Perú tenemos buenos ejemplos como el San Antonio que decidió reinventarse y se transformó de una cafetería a un mini market, manteniendo sus principios y valores de calidad para sus clientes. También esta empresa decidió apostar por la seguridad de su personal, manteniendo su vínculo laboral a pesar de las circunstancias, mientras otras empresas optaron por prescindir de los servicios de sus colaboradores. Esta decisión marcará un hito en la historia de la empresa que reafirmará el compromiso de sus clientes, pero también de sus empleados con la empresa por apoyarlos en los tiempos difíciles. ¿Si recibí apoyo en la época difícil cuanto más no será mi compromiso en las épocas buenas me pregunto?, augurando buenos tiempos para la empresa y su marca. También tenemos ejemplos internacionales como la empresa colombiana Maaji que de vender bikinis se convirtió en una opción de mascarillas con diseños a la moda en el mercado colombiano.
Las adaptaciones y transformaciones culturales en tiempos normales toman plazos largos, pero estos no son tiempos normales y una crisis de la magnitud de la que vivimos acelera los procesos. En otras palabras, no hay otra opción, o me adapto o salgo del mercado. Finalmente debemos coincidir con Nate Dvorak y Natasha Jamal de la consultora internacional Gallup cuando afirman que no existe una mejor evaluación para la fuerza de la cultura que tiempos retadores, caóticos e inciertos.