Luces, sombras y esperanzas de un nuevo cambio de año

 

“La mejor forma de predecir el futuro es creándolo mediante el cambio”

Peter Drucker

 

Es imposible empezar a realizar un balance del 2021, año del bicentenario, sin tener en cuenta el impacto de la COVID-19 en las vidas, en la salud y en la motivación de miles de peruanos. Mientras que Europa y Estados Unidos sufren los estragos de una tercera y hasta cuarta ola, en el Perú, parece que recién se inicia la tercera ola, a vísperas de las fiestas de fin de año. Sin embargo, no todo es negativo en este aspecto, porque nuestro país, con sus limitaciones, ha logrado vacunar con una dosis, a más del 50 % de la población y con dos dosis a un 38 %, aproximadamente. También se inició la vacunación con la tercera dosis a la población adulta.

Este ha sido un año de elecciones presidenciales y congresales en un ambiente de controversia que, finalmente, tuvo como ganador al presidente Pedro Castillo. Malas decisiones políticas, constantes errores al escoger a su personal de confianza, así como una impericia para manejar las relaciones con los principales stakeholders del Estado han provocado constantes crisis en el Ejecutivo. Además, algunos indicios de corrupción en el caso de funcionarios cercanos al presidente están provocando que su nivel de aceptación disminuya entre la población del país.

El Congreso, con sus actitudes de enfrentamiento constante con el Ejecutivo, tampoco está contribuyendo con la gobernabilidad. En la actualidad, algunos de sus miembros son cuestionados por la ciudadanía por decisiones que pueden considerarse contrarias al interés nacional, como el manifiesto intento de boicotear la reforma educativa universitaria y debilitar a la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

Como producto de esta inestabilidad política, la economía se ha visto afectada con una notoria disminución de la inversión extranjera, el aumento de la inflación y un tipo de cambio bastante alto. También fue un año duro para algunos sectores económicos importantes en el país como la minería, que tuvo que lidiar, por un lado, con los conflictos sociales y, por el otro, con un Gobierno carente de una política clara al respecto, sin capacidad de generar los mecanismos adecuados para disminuir esta conflictividad.

Entre los aspectos positivos más importantes del 2021 tenemos el notable avance en la transformación digital de las empresas en el país. Este cambio, que se inició de forma obligada como consecuencia de la pandemia, ha encontrado una mayor receptividad de las organizaciones. Para muchas empresas, transformarse se convirtió en la única opción para sobrevivir. Desde las más pequeñas que implementaron páginas web, publicidad en redes sociales y un eficiente servicio de delivery, hasta organizaciones más grandes que desarrollaron estrategias de homeworking y trasladaron gran parte de sus operaciones administrativas al plano virtual; todas las empresas, en general, tuvieron un avance en este aspecto.

También podemos mencionar que otros sectores económicos como el turismo y sus actividades asociadas, como el transporte aéreo, la hostelería y la restauración (restaurantes y bares), han empezado a reactivarse, empujados, sobre todo, por la vacunación, así como por el deseo de las personas de volver a salir de sus casas y disfrutar un poco más de la vida después de casi dos años de pandemia.

Sin duda fue un año difícil, donde lo más resaltante, a nivel humano, ha sido la gran capacidad de resiliencia de las personas, traducida en la fuerza que les ha permitido reponerse ante la pérdida de sus seres queridos, la pérdida de sus empleos y la desaparición de sus emprendimientos. En este periodo, también aumentaron algunas enfermedades mentales asociadas al fuerte nivel estrés, así como la depresión y la ansiedad, que se dispararon, en especial, entre los más jóvenes.

Un nuevo año siempre trae esperanzas y existen algunas áreas con expectativas de un cambio positivo. El 2022 estará acompañado por la implementación de la exigencia del carné de vacunación, que ha generado protestas en varios países. Asimismo, se espera un progresivo retorno a las clases presenciales en los colegios y las universidades, pero manteniendo una coexistencia con el sistema virtual, sobre todo en el caso de las universidades que priorizarán un esquema híbrido. El desarrollo de la oficina híbrida en las empresas se afianzará y se espera un crecimiento económico a pesar del ruido político que continuará.

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Una respuesta

  1. Excelente análisis de estos tiempos actuales en nuestro país, queda pues asimilar las lecciones aprendidas que nos deja este año y ver con optimismo nuestro futuro. Gracias por compartir Profesor Oswaldo!!!

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